Aromas que crean hábitos: cómo usar el olfato para cambiar tu rutina
Cuando hablamos de formar hábitos nuevos, muchas veces pensamos en fuerza de voluntad, listas de tareas, alarmas o aplicaciones. Pero rara vez pensamos en el entorno sensorial. Y eso es un error. Porque lo que sentimos con el cuerpo influye directamente en lo que hacemos con la mente.
El aroma puede convertirse en una señal. Una especie de ancla que activamos a propósito para recordarnos una intención. Si queremos incorporar un nuevo hábito, como concentrarnos mejor, descansar más profundo o simplemente tener un momento de presencia en el día, podemos asociar ese momento con un olor específico.
Por ejemplo, si tu objetivo es concentrarte, puedes elegir Focus, usarlo solo cuando empieces tu bloque de trabajo, y acompañarlo con una acción simple: guardar el móvil en un cajón. Repetido varias veces, ese olor empezará a funcionar como un disparador. Tu cuerpo y mente entrarán en modo enfoque casi sin que lo pienses. Porque el aroma activa la intención. La memoria lo hace automático.
Lo mismo puede pasar con otros hábitos: una fragancia relajante antes de dormir, un aroma especiado al empezar tu rutina de mañana, o un olor amaderado que acompañe tus pausas durante el día. No se trata de magia, se trata de repetición y coherencia emocional. Cuando el aroma está bien elegido, se convierte en un aliado silencioso.
En Mittérium creemos que construir rutinas saludables no siempre tiene que ser difícil. A veces, basta con encender algo que huela bien, cerrar los ojos y dejar que el cuerpo recuerde lo que queremos ser.

Dejar un comentario
Este sitio está protegido por hCaptcha y se aplican la Política de privacidad de hCaptcha y los Términos del servicio.